Comprando en el tesoro de Medellín
Tras terminar mi visita al Museo Informático Botero, seguí camino hacia un centro comercial próximo al hotel, llamado El Tesoro.
Es sencillamente el centro comercial más bonito que he visto, con magníficas vistas al valle sobre el cual se extiende la ciudad, y un enorme cuidado con los detalles. Es ideal para hacer compras en Medellín.
Por ejemplo, hay abundantes sofás donde uno puede descansar, y aquellos que se hayan en una especie de puente al aire libre que une las dos partes del centro comercial, disponen tanto de mesitas para apoyar tu portátil como de prismáticos para observar el valle.
Sin tetas no hay paraíso…ni tópicos
Al hablar de una ciudad como Medellín, que va dejando atrás un pasado trágico y un estigma que poco a poco se va difuminando, había pensando en no citar nunca ningún tópico, ni bueno ni malo.
A veces resulta difícil.
Mientras le compraba un regalo a mi mujer, una señora muy pija estaba delante de mí. Al preguntarle la dependienta sus apellidos para hacerle la ficha, va y suelta: Escobar. No, no sé si habrá relación. 😉
El que fue literalmente “la pera”, fue una tienda de lencería que vi al pasar. Fíjense, señores, en cómo se las gastan los maniquíes en Medellín.
La foto es mala y desenfocada, porque había seguridad cerca y tenía que disimular. Si casi me entrullan por hacerle una foto a unas guayabas, imáginate lo que pasaría si me pillan haciéndole una a estas peras.
Pasen y vean el poder de fuego combinado de estas 4 piezas del calibre 105.