Supongo que ya te habrás enterado de que Adobe acaba de pagar la friolera de 20 mil millones de dólares por una startup llamada Figma. Se trata de un programa de diseño que, curiosamente, no está implementado como una app de escritorio, sino como una web app.
Esta es una tendencia cada vez más marcada en las startups: el huir de las aplicaciones de escritorio incluso cuando parecen lo más indicado para ese mercado. Es algo que empezó hace muchos años, cuando Microsoft sacó .NET y perdió la guerra de la API.
De todas formas, no divaguemos. Lo realmente sorprendente no es que Figma sea una web app, sino que Adobe haya pagado una bestialidad de millones de dólares por esta empresa.
¿Por qué digo que 20 mil millones por Figma es una brutalidad?
Las empresas no se compran con un precio a boleo. Hay métodos para valorar una empresa antes de comprarla. Normalmente son múltiplos de sus ingresos o beneficios. Algo razonable es un múltiplo de varios años, hasta 8 años. Es decir, al comprar una empresa, pagas por ella lo que ganaría en 8 años.
Una métrica habitual para empresas que viven de una suscripción, como es Disney+, Netflix o empresas con un modelo SaaS, como es Figma, es el llamado ARR: Annual Recurring Revenue.
El ARR es el dinero generado por las suscripciones anuales, más las nuevas que se crean menos las cancelaciones.
Pues bien, 20 mil millones dólares representan ¡50 años de ARR para Figma!
Es decir, Adobe ha aflojado casi 7 veces el máximo habitual en la industria.
No soy el único a quien esto le ha parecido extraño y, para ver la opinión de muchos de los inversores en Adobe, veamos sus acciones:
Sin embargo, no creo que haya sido una mala decisión, sino todo lo contrario. Para entenderlo, tenemos que ponernos un momento en el lugar del emprendedor que creó Figma y comprender cómo se crea una startup de éxito.
¿Cómo crear una startup de éxito?
El éxito de una startup tiene siempre la misma métrica: su exit. Es decir, por cuanto la vendes en un par de años para cubrir gastos y recibir un extra jugoso por tu inversión que compense el riesgo y la vida miserable de un emprendedor tecnológico durante años.
No todas llegan a ese happy ending. El más deseado y rentable es el IPO, es decir, salir a bolsa. Algunas, como recientemente Airbnb, lo logran. La mayoría se queda por el camino, pero no necesariamente cerrando. Muchas se venden a otra empresa, lo que aporta el tan deseado retorno sobre la inversión.
Las grandes empresas del Silicon Valley suelen comprar periódicamente startups que han desarrollado un producto que encaja en su oferta. Google y Facebook son particularmente activas en ese sector, y Android es uno de los casos más conocidos, ya que fue adquirida por Google hace bastantes años, con un fin francamente peculiar.
Apple es quizás la excepción, ya que compra menos y, cuando lo hace, no lo publicita e, incluso, le prohíbe a la empresa comprada hacer declaraciones. El único ejemplo que recuerdo fue la compra de FoundationDB, una base de datos por capas, francamente interesante y que ahora está por detrás de muchos de los servicios web de Apple.
Siendo ese el mercado y el objetivo de toda startup, cabe la pregunta: ¿cómo creas una startup que asegure un exit de éxito?
Escuchemos al experto, Paul Graham
Paul Graham es el tipo de programador que escribe aquellos libros que la inmensa mayoría de los programadores no logra entender. Tras crear la primera app web conocida y venderla a Yahoo por una cantidad que parecía una bestialdad por aquel entonces, creó la que se convirtió en la principal aceleradora del Silicon Valley: Y-Combinator. Por cierto, si pillas el chiste del nombre, enhorabuena. 🙂
Si quieres saber algo sobre startups o programación funcional, Paul Graham es a quien tienes que preguntar.
En su blog, a lo largo de los años, ha publicado sus consejos para crear una startup de éxito. La primera receta mágica era la siguiente:
Crea algo que encante por completo a un grupo de usuarios, aunque al principio sea pequeño. Es mejor encantar a unos pocos, que dejar indiferentes a muchos.
Con el tiempo, las modas y el éxito inicial de Uber, la cosa cambió:
Crea el Uber de algo.
Ahora, parece que hay otra receta segura para el éxito:
Crea algo que amenace la cuota de mercado de un dinosaurio poco acostumbrado a la competencia.
Adobe aplicó la técnica del Borg de Star Trek y “asimiló” a la competencia.
¿Por qué pagó tanto Adobe por Figma?
Ahora ya tenemos la explicación: por miedo. La pregunta que se hicieron no fue cuánto podían ganar con la compra de Figma, sino ¿qué parte de mi ARR puedo gastar para proteger el resto?
Desde ese punto de vista, todo tiene sentido. Enhorabuena a Adobe por la asimilación y anulación de la competencia y al creador de Figma por el chorromillones que le ha caído. Ya sabes, si quieres salir de pobre, ¡busca un dinosaurio al que molestar!