Cuando leí el capítulo sobre infraestructuras distribuidas en el Technology Convergence Report 2025 del World Economic Forum, tuve la sensación de estar viendo el principio de un cambio profundo. La computación descentralizada y, en particular, los DePIN (Decentralized Physical Infrastructure Networks), no son una simple evolución de la nube. Son un nuevo modelo de organización del poder computacional, de acceso a la información… y de cómo la inteligencia artificial se entrena y se despliega a escala global.
Puedes consultar el informe completo aquí: Technology Convergence Report 2025. En él se muestra cómo esta convergencia está creando un ecosistema donde el almacenamiento, la computación y el entrenamiento de modelos ya no dependen de grandes corporaciones, sino de redes distribuidas incentivadas por tokens.
¿Qué es la computación descentralizada?
Como desarrollador, he trabajado años con arquitecturas cliente-servidor, servicios en la nube y edge computing. Pero lo que plantea la computación descentralizada va un paso más allá: permitir que cualquier persona u organización contribuya con potencia computacional, almacenamiento, sensores o ancho de banda a una red compartida, segura y transparente.
Y lo que hace posible esa confianza y coordinación sin intermediarios es la blockchain.
DePIN: infraestructuras físicas gestionadas por redes
Los DePIN representan la evolución más tangible de esta idea: redes físicas reales —sensores, estaciones base, nodos de GPU, etc.— gestionadas de forma descentralizada y conectadas entre sí mediante IA y contratos inteligentes. Estamos hablando de redes de telecomunicaciones, redes de sensores para ciudades, redes de entrenamiento de modelos de IA, y más.

¿Qué papel juega la IA en la computación descentralizada?
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👉 Prueba gratis el Bootcamp en Blockchain por una semanaDesde mi perspectiva, la inteligencia artificial es el verdadero motor que permite que estas redes funcionen. Porque no basta con tener nodos distribuidos: hay que orquestarlos. Aquí es donde entran:
- Modelos de predicción descentralizados entrenados por múltiples agentes sin compartir datos sensibles (federated learning).
- Sistemas de reputación y consenso basados en IA para validar nodos o priorizar tareas.
- IA embebida en dispositivos edge, que permite operar de forma autónoma incluso sin conexión a la nube.
Este patrón recuerda mucho a lo que vimos en inteligencia artificial combinada, donde distintos subcomponentes se unen para crear soluciones más resilientes. Ahora, esa combinación sucede en redes físicas distribuidas.
Casos reales: IA descentralizada en acción
En el informe del WEF se destacan varios ejemplos clave:
- Gensyn: una red descentralizada que permite a desarrolladores entrenar modelos de machine learning pagando solo por el cómputo que usan, sin pasar por proveedores centralizados.
- Bittensor: una red basada en blockchain donde los nodos compiten por aportar conocimiento útil a modelos de IA y son recompensados en tokens.
- Helium Mobile: una red móvil descentralizada que ya cuenta con más de 130.000 usuarios, gestionada por una comunidad de operadores independientes.
Estos proyectos conectan con lo que exploramos en inteligencia artificial y computación cuántica: aprovechar nuevas formas de cómputo para democratizar el acceso a capacidades que antes estaban reservadas a unos pocos.
Conexiones con otras convergencias
Esta tendencia también se apoya en varias tecnologías exploradas en artículos anteriores:
- En inteligencia espacial y robótica, vimos cómo el edge computing permite que los sistemas funcionen cerca del punto de decisión. Esa lógica está en el núcleo de DePIN.
- En robótica cognitiva y bio-inspirada, analizamos cómo múltiples agentes colaboran de forma autónoma, algo esencial en redes descentralizadas.
- En ingeniería biológica computacional, hablamos de la integración de IA y sensores físicos en biotecnología. Ahora, imagina eso aplicado a una red distribuida de biosensores conectados a través de blockchain.
- En energía de próxima generación e IA, entendimos cómo los sistemas energéticos se descentralizan. DePIN es, en muchos sentidos, su complemento en el ámbito de datos y cómputo.
Preguntas frecuentes sobre la computación descentralizada
¿Es seguro usar computación descentralizada?
Sí, siempre que se base en protocolos abiertos, criptografía fuerte y un diseño incentivado por tokens bien estructurado. Muchos proyectos DePIN ya superan en transparencia y resiliencia a soluciones centralizadas.
¿Puedo participar como desarrollador?
Absolutamente. Puedes contribuir con potencia de cómputo, datos, validación de modelos o incluso desarrollo de módulos para redes como Bittensor, Gensyn o IoTeX.
¿Cuáles son los retos actuales?
Escalabilidad, interoperabilidad entre redes, eficiencia energética y gobernanza. Por eso es tan importante que más desarrolladores nos involucremos.
Conclusión sobre la computación descentralizada
La convergencia entre computación descentralizada, inteligencia artificial y redes físicas está reescribiendo las reglas del juego. No se trata solo de mejorar lo que ya existe, sino de construir desde cero un nuevo internet físico, más resiliente, abierto y participativo.
Como tecnólogo, me emociona saber que el entrenamiento de modelos de IA, la conectividad urbana o la monitorización ambiental ya no dependerán de grandes plataformas centralizadas, sino de miles de nodos que colaboran, aprenden y se adaptan.
¿Quieres ser parte de esta revolución? En el Bootcamp Blockchain aprenderás desde cómo entrenar modelos edge, hasta cómo integrarlos con redes descentralizadas. Porque el futuro no será propiedad de unos pocos. Será una red donde tú también puedes ser nodo.