¿Qué encontrarás en este post?
ToggleSuperar la montaña rusa emocional con El Secreto del Acero
Hacer un bootcamp en KeepCoding no es tarea para débiles. Se trata de un proceso largo e intenso y, aparte del desafío del aprendizaje, tiene otro componente clave que algunos no se esperan: es una montaña rusa emocional.
Te sientes abrumado y, de repente, tu código compila o entiendes algo y te sientes Dios. A los 5 minutos pasas a sentirte de nuevo el más burro de la galaxia. Una y otra vez, sin descanso.
10 MI CODIGO NO FUNCIONA
20 ¡SOY BURRO!
30 LO PILLÉ, ¡SOY DIOS!
40 GOTO 10
Cuando me encuentro con alguien que está inmerso en ese bucle infinito y ya no ve otra cosa, suelo recomendarle ver una película y ¡no, no es Star Wars!
Conan y El Secreto del Acero
Se trata de una peli algo casposa, con efectos especiales que ya eran malos en los 80 y que, por si fuera poco, además es larga. Sin embargo, en medio de todo eso, se oculta una perla que a menudo pasa desapercibida.
Es un detalle clave de la historia y la única razón por la cual alguien debería ver semejante horterada: El Secreto del Acero.
La película está basada en la obra de Robert Howard, un otaku tejano de principios del siglo XX. Howard peleó toda su vida contra grandes dificultades, especialmente en lo referente a su salud mental, y en su obra hay una temática que refleja sus propias creencias personales y su larga experiencia de superación: El Secreto del Acero.
Crom y el padre de Conan
La película empieza con Conan de niño con su padre, quien le está contando una historia sobre el Dios de su pueblo, Crom. Crom es un dios distante, famoso por no escuchar plegarias de nadie. Lo que sí se puede esperar de él es que, cuando mueras y te presentes ante él, te hará una sola pregunta: ¿cuál es el Secreto del Acero? Si no sabes contestar, te arrojará del más allá de los bárbaros.
Su padre le está mostrando una espada recién forjada y le dice: «No puedes fiarte de ningún hombre, de ninguna mujer, de ningún animal, pero ¿de esto? De esto sí que te puedes fiar».
Parece ser que el padre de Conan tiene puesta toda su fe en esa espada. Sin embargo, la vida se encarga de demostrarle lo contrario de inmediato, pues en ese momento llegan a su pueblo unos bestias que resultan ser Tulsa Doom y sus amiguetes. Además de quemar todo el pueblo y matar a todo quisqui, también matan al padre de Conan con su propia espada.
La Rueda del Dolor
A Conan se lo llevan de esclavo y lo atan a una especie de molino, tirado por esclavos, llamado La Rueda Del Dolor. Ahí se queda Conan años, uncido como una bestia de carga y de tanto empujar se pone más cachas que el mismo Bruce Banner cuando se enfada.
Vuelve Tulsa Doom
Tras escaparse y vivir varias aventuras, Conan vuelve a encontrarse con su némesis: el Tulsa Doom de las narices. Tulsa ha creado un culto a su alrededor, con miles de seguidores que le adoran y hacen todo cuanto pide.
Cuando Conan se presenta ante él, armado tan solo con la espada rota que había sido de su padre, suelta su ya célebre frase: «Mi nombre es Conan el Bárbaro. Tú mataste a mi padre. Prepárate para morir».
Tulsa, sobrado y confiado, intenta camelarse a nuestro héroe. Le explica que debe abandonar sus creencias y seguirle a él. ¿Qué es la fuerza del acero, comparada con la fuerza de la carne, la fuerza de la mano que blande la espada?
Para demostrarlo, llama a una seguidora suya que estaba en un balcón. Sin pensarlo, da un paso hacia el vacío, cae y muere a los pies de Tulsa.
La demostración no parece impresionar mucho a nuestro héroe que, poco aficionado a las discusiones metafísicas, mata a Tulsa Doom con la espada de su padre. De inmediato, los seguidores de Tulsa se empiezan a dispersar.
¿Cual es El Secreto del Acero?
Tanto el padre de Conan como Tulsa Doom estaban igual de equivocados. Ambos creían que su fuerza se encontraba fuera de ellos. Uno creía que se encontraba en una espada; el otro, un manipulador de libro de texto, confiaba en que su fuerza estaba en la adoración que aquellos a los que había engañado le profesaban.
Solo Conan había entendido el Secreto del Acero: lo que hace fuerte al acero es la forja. Son los miles de golpes que sufre entre el yunque y el martillo los que crean microestructuras en el acero que le dan su gran resistencia. El proceso brutal del templado hace que esas estructuras se fijen ya para siempre.
Ese es el Secreto del Acero que Howard y Crom nos querían enseñar: el superar grandes dificultades es lo que te aporta tu fuerza, que vive dentro de ti y no en terceros o en objetos externos. Lo que aprendes en ese proceso, en eso sí que puedes confiar y, al igual que la fortaleza del acero tras el templado, ya nunca te abandonará.
Lo que hizo fuerte a Conan no fue la espada de su padre, sino la Rueda del Dolor.
Así que si hoy estás entre el yunque y el martillo de Crom, recibiendo la del pulpo, recuerda a este friki que un día se cruzó con tu destino y el Secreto del Acero.
La Rueda del Dolor no es un castigo, es un maestro, es la vida queriendo enseñarte algo. Cuanto antes aprendas, antes terminarán las “lecciones” y antes podrás seguir tu camino. Eso sí, más fuerte y más sabio.