Guía completa sobre pedagogías activas: Métodos y beneficios

La enseñanza tradicional quedó atrás en el momento en el que aparecieron las pedagogías activas. Parece que los estudiantes se aburrieron solo de ser espectadores y surgió la necesidad de implementar nuevas metodologías que los hicieran protagonistas de su aprendizaje. Si aún no conoces qué son las pedagogías activas, en este post te contaré todo.

¿Qué son las pedagogías activas?

Las pedagogías activas son un nuevo enfoque educativo donde el estudiante tiene la posibilidad de involucrarse activamente en su proceso de aprendizaje. Este enfoque está totalmente alejado de la educación tradicional en la que uno simplemente tomaba nota y escuchaba lo que el profesor decía. La idea aquí es que se realicen actividades y se creen experiencias donde el estudiante logre explorar, descubrir y aplicar por su cuenta lo que está aprendiendo.

Lo maravilloso de las pedagogías activas es que los estudiantes desarrollan habilidades prácticas, como el pensamiento crítico y la resolución de problemas en contextos reales, es decir, aprenden haciendo y le encuentran sentido al aprendizaje, ya que lo involucran en su vida diaria.

Tipos de pedagogías activas

Por suerte no existe solo una pedagogía activa, sino varias que han evolucionado para enfocarse en diferentes aspectos del aprendizaje: Estas son las más famosas:

Modelo Montessori

Muy seguramente ya has oído hablar sobre este modelo. Es famoso porque desarrolla la autonomía y la iniciativa de los estudiantes. María Montessori, su creadora, pasó mucho tiempo observando el comportamiento de los niños y, a partir de ahí, diseñó ambientes y materiales adaptados a sus necesidades específicas. En este modelo no hay prisa, cada niño aprende a su propio ritmo y según sus intereses, así es como desarrollan la independencia y autodisciplina.

Modelo Waldorf

Este es uno de los enfoques más divertidos, porque el juego y la creatividad son los protagonistas. Como se pretende conseguir el desarrollo integral del niño, se da prioridad a las actividades artísticas y manuales y, por supuesto, se deja de lado el conocimiento académico tradicional. La figura del docente cambia totalmente, ahora es un guía que promueve la exploración personal y el desarrollo emocional.

Modelo Summerhill

No es que en este modelo los estudiantes “hagan lo que quieran” como vulgarmente se dice, sino que a la hora de tomar decisiones, ellos son invitados a participar y a reflexionar sobre cuál sería el mejor camino a seguir.

Aquí tienen la libertad de elegir qué y cómo aprender, y eso puede generar un choque con las generaciones anteriores, a quienes se nos decía paso a paso cómo hacer las cosas. La idea de la escuela Summerhill, fundada por A.S Neill, es que los estudiantes sean responsables de su proceso educativo y que se fomente la democracia.

Pedagogía Wild

Aunque el nombre no está dado por la traducción en inglés que significa “salvaje”, sino por su creadora Rebeca Wild, podríamos decir que sí tiene un poco que ver. Lo que se busca aquí es que los estudiantes experimenten sean libres para experimentar su entorno, aprendan a su ritmo y se dejen guiar por la curiosidad natural que de por sí ya traen los niños.

Lo único que debe hacer el profesor es brindarles los recursos y estimular el entorno para que los estudiantes exploren lo que les llame la atención. Así es como se logra un aprendizaje adaptado a las necesidades individuales de cada niño.

¿Qué beneficios tienen las pedagogías activas?

Aparte de los beneficios que te expliqué en cada modelo, hay otras ventajas que traen consigo estas pedagogías activas:

1. Estudiantes motivados: Al centrarse en los intereses de los alumnos, estos se sienten más motivados a aprender, ya que pueden explorar temas que realmente les interesan.
2. Mejor asimilación de conceptos: Al participar de manera activa en su aprendizaje, los estudiantes tienden a retener mejor la información y aplicarla de forma más efectiva.
3. Desarrollo de habilidades prácticas: Las pedagogías activas fomentan el uso de habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el trabajo en equipo, competencias que realmente les servirán en el mundo real.
4. Mayor satisfacción: Los estudiantes suelen sentirse más satisfechos con su proceso educativo cuando pueden ser protagonistas y tomar decisiones sobre su aprendizaje.
5. Fomento de la autonomía: Al promover la autodisciplina y el aprendizaje independiente, los alumnos desarrollan habilidades de gestión personal que les serán útiles en su vida profesional y personal.
6. Aprendizaje a ritmo propio: Cada alumno aprende a su propio ritmo, respetando sus tiempos y estilos de aprendizaje.

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