Carta abierta a los recruiters

Autor: | Última modificación: 8 de marzo de 2024 | Tiempo de Lectura: 5 minutos
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La maldición más cruel: ¡no hay talento!

TL;DR: es mentira y aquí te lo explico.

Hace aproximadamente un mes, acudí a un evento organizado por We The Humans, un think tank con el objetivo de avanzar en la ética de la inteligencia artificial. Se trataba de la entrega de unos premios a los mejores proyectos de inteligencia artificial ética y fui miembro del comité de evaluación de dichos proyectos.

Sin embargo, no voy a hablar de inteligencia artificial ni de ética.

Antes de hacer la entrega, varios invitados hicieron una serie de discursos y hubo una mesa redonda. En dicha mesa, había representantes de varias empresas de tecnología y, cómo no, salió a relucir la cantinela de siempre: ¡no hay talento!

Carta abierta a los recruiters
Patricio, ¡no hay talento!

Digo cantinela por la repetición casi obsesiva y la visión de que no se trata de un problema (los problemas, por definición, tienen solución): es una fatalidad, una maldición ante la cual solo cabe practicar la cristiana virtud de la resignación. El Sumo Hacedor nos castiga por nuestros muchos pecados y toca apechugar (y quejarse), pero no resolver.

Doscientas nuevas programadoras para marzo de 2023

En estos momentos, en KeepCoding estamos participando en una formación masiva financiada por Glovo, con el objetivo de crear 200 nuevas programadoras en el área de desarrollo web y Big Data. Todas ellas son mujeres y vienen de otros sectores. A la selección se presentaron más de 2300 y las 200 seleccionadas tienen todas coeficientes intelectuales superiores a la media, buen nivel de inglés y demostraron la dedicación necesaria para superar el maratón que les esperaba.

Mi socia y yo entrevistamos a gran parte de las seleccionadas para conocer sus historias. En todos los casos hemos visto gente muy capaz, muy dedicada y con unas ganas tremendas de dar un cambiazo a su vida laboral y entrar en el mercado de la tecnología por la puerta grande. La inmensa mayoría no tiene los recursos para pagarse un bootcamp de KeepCoding y, aunque es cierto que Glovo está pagando en euros, ellas están pagando con sangre, sudor y código.

Tuve el privilegio de impartir uno de los primeros módulos (de programación general con Python) antes de que el grupo se separase en Web y Big Data. Estuve más de un mes con ellas y pude conocerlas mejor. 

Estaba la que estudiaba con un niño pequeño al lado, la que se peleaba más con el español que con Python, la que me preguntaba dudas a las 3 de la mañana porque “es el único horario en que hay silencio en casa” y un largo etcétera.

En todos los casos veías a gente muy capaz, con muchísimas ganas de aprender y que lo tenían todo para ser el sueño dorado de cualquier recruiter de tecnología; solo les faltaba que alguien les diese un pequeño empujón final.

De ese grupo de 200, ya tengo identificadas a más de 40 que claramente serán programadoras brillantes, no solo competentes, en un año y medio o dos.

Una de esas personas es Andrea Pastor, que había nacido para ser desarrolladora web y ahora, gracias a la visión y generosidad de Glovo, así como su dedicación y buen hacer, lo va a ser. 

Andrea me decía: «Fernando estoy tan tan feliz de haber encontrado esto. Me siento súper feliz de haber escogido web y estoy súper viciada también. Es la primera vez que siento que solo quiero mejorarlo y picar código». 

Como recruiter, ¿te gustaría encontrar a un candidato así? ¿Y doscientos?

El caso de V

Un caso del que todos podemos aprender mucho es el de otra chica, a quien llamaremos V. Siempre que alguna me escribía por privado, miraba en nuestro sistema a ver cuál era su perfil y también su LinkedIn para saber con quién trataba (eran 200). No era de las más participativas, pero sus dudas y su código dejaban claro que se trataba de una de esas programadoras brillantes que se hallaba en fase larval

Larval Stage: describes a period of monomaniacal concentration on coding apparently passed through by all fledgling hackers. Common symptoms include the perpetration of more than one 36-hour hacking run in a given week; neglect of all other activities including usual basics like food, sleep, and personal hygiene; and a chronic case of advanced bleary-eye. Can last from 6 months to 2 years, the apparent median being around 18 months. A few so afflicted never resume a more «normal» life, but the ordeal seems to be necessary to produce really wizardly (as opposed to merely competent) programmers.

¡No hay trabajo!

V acaba de terminar una carrera (es muy joven) que, tal vez, no sea la más demandada en el mercado laboral actual, pero la terminó en el plazo correcto. Si crees que el grito de «¡no hay talento!» es aterrador, es porque nunca has oído el de «¡no hay trabajo!».

V, como otros tantos jóvenes, se encontró con ese grito al terminar su carrera.

Lejos de sentarse a quejarse, V no ha dejado de trabajar. No en lo que había estudiado, pero no ha tenido apenas temporadas en el paro. Ha encadenado varios trabajos como dependiente en tiendas de ropa y después en cadenas de comida rápida. Todo ello al mismo tiempo que se formaba.

Si V no se ha detenido a lamentarse de que no hay trabajo, tal vez quienes tienen un problema mucho menor deberían de seguir su ejemplo.

Si no encuentras talento, a lo mejor es que buscas en el lugar equivocado.

Probablemente tampoco hayas invertido en programas como éste, financiado por Glovo, y así aportar tu granito como empresa a ir creando soluciones reales al desafío. 

Es  mucho más barato y rentable a medio y largo plazo que “robar” talento a la competencia a precio de oro, o pagar headhunters. Si hablamos de responsabilidad social corporativa, ¡ni te cuento!

En resumidas cuentas, es probable que tengas ese talento justo delante de ti, preguntándote si quieres patatas fritas normales o deluxe.

Carta abierta a los recruiters
Igual el profesional de ciberseguridad con el que sueñas está ahí.

La dark web laboral

Muchas de estas chicas estaban en “la dark web laboral”: sin ni siquiera perfil de LinkedIn, eran invisibles para ti. Tenías un filón de candidatos de primera a escasos metros de tu alcance y era como si estuviesen en Marte.

De tanto buscar en el mismo lugar y no encontrar, has perdido la esperanza. Has olvidado el consejo de Helen Keller: «When one door of happiness closes, another opens, but often we look so long at the closed door that we do not see the one that has been opened for us».

Sigues haciendo lo mismo y buscando en el mismo lugar, esperando que ocurra algo distinto, y todos sabemos cómo termina eso.

La salida

La salida ya la ha indicado Glovo: hay que formar. De esas 200 programadoras, Glovo va a contratar a unas 15 de cada especialización. El resto se queda en el mercado, y Glovo lo hace a conciencia y con esa intención: causar impacto y aportar al ecosistema al cual pertenece.

Si más empresas siguen ese ejemplo, el problema de contratación de todos deja de ser una maldición.

Así que menos hiperventilar y más formar.  Es una excelente opción para invertir tus presupuestos de responsabilidad social corporativa y muchas empresas ya lo están haciendo.

Cuando «no hay cerveza en la nevera», la solución es ir a comprar más.

Cuando «no hay semiconductores», la solución es fabricar más.

Cuando «no hay programadores», la solución es formar más.