Evolución, caída y resurgir de la programación [Parte II]

| Última modificación: 28 de octubre de 2024 | Tiempo de Lectura: 3 minutos

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Premios KeepCoding

Un par de años después llega la segunda parte de la historia de grokk. Ponte al día con la historia de nuestro amigo en este post  y si quieres saber cómo termina la historia, sigue leyendo.

Hakadarma: Tecnología, belleza y creatividad.

Brook, mi maestro y el de otros muchos hakatee que vivíamos en clandestinidad, nos enseñó a no conformarnos con lo ya conseguido y a valorar cada día como lo que es en realidad: tu último día. Una vez cierres los ojos y tu cerebro se desconecte, ya no serás tú quien se levante, sino una copia de ti. Esa copia exacta de ti mantendrá todos tus recuerdos y habilidades, pero no serás tú. Así que tenemos que aprovechar el tiempo que se nos ha dado, hacer que tu «yo» del mañana se sienta orgulloso del «yo» de hoy.

Brook nos instruyó en el Hakadarma y nos mostró el amor que residía en la belleza de nuestro trabajo. Pronto entendimos que volcando todo nuestro amor en el trabajo, de forma ordenada, inteligente y libre de errores, el resultado era único. Sólo cuando inviertes en lo que eres, crees en lo que inviertes y eres lo que crees, puedes desarrollar una creatividad ilimitada. Y de ahí nació mi obsesión, la que me condenó al exilio.

La programación en Hakate

Sé que conoces el código, he estudiado varios de vuestros lenguajes y, sinceramente, algunos son realmente parecidos a los nuestros. He podido ver el por qué vuestra tecnología avanza de forma progresiva, sin llegar a dar un salto cualitativo espectacular (como eliminar la barrera de un viaje a años luz). Es debido a los elementos químicos de vuestro planeta. Tenemos 7 elementos más que en vuestra tabla periódica, lo que nos facilitó otro tipo de desarrollo, y conocimiento.

Con vuestra tecnología podéis recrear elementos reales con una correspondencia digna de aplaudir. Pero, para que trates de entenderlo con una comparativa, cuando miras a la pantalla y ves a través de ella, lo que tienes delante es un cristal, y es el código lo que subyace. Nuestra tecnología no nos hace esta distinción. El «cristal» no existe, el código está. No escribimos, lo vemos y lo creamos. No lo podemos tocar porque ya es parte de nosotros, está unido a nuestro ser. Es difícil entender este concepto, sería como tratar de explicar a una persona ciega qué se siente al ver. Esta tecnología nos hace capaces de entender los sentimientos de otro ser viendo únicamente una foto, un texto… sabemos qué preguntas les han llevado a dar una respuesta. Y mi creación nació por una simple pregunta.

¿Por qué ponernos límites?

Desarrollé un software capaz de recrear los elementos de tu imaginación siempre y cuando supieras el lenguaje adecuado para crearlo. Comenzamos a difundir el conocimiento para que se usara de modo responsable, cuidando la clandestinidad para que el gobierno no nos encontrase.

Mi maestro mostraba el camino del Hakadarma, y yo les enseñaba a llevar sus pensamientos a la realidad. La promesa de un mundo libre y hermoso alumbraba nuestro futuro. Pero fue entonces cuando Bgnark y su gobierno nos cayó encima. Aún no sé cómo nos encontraron, quizá tú, humano, con esa extensa historia literaria, tus miles de películas y series de finales enrevesados y caóticos puedas llegar a una conclusión. Yo no he podido.

Los hombres de Bgnark, no vinieron interesados en mantener una charla. Sus ansias de control no podían permitir un software tan libre. Necesitaban destruirlo todo, y a todos. Pero luchamos. No me dejé apresar. Con mi código pude enfrentar la cólera de un gobernante zafio y necio. Mi imaginación y la realidad eran una sola cosa. Pero aún así, no triunfé.

Con mucho dolor abandoné mi planeta en una huida frenética donde perdí todo mi trabajo y a amigos que dieron sus vidas para que encontrase una escapatoria. No sé qué es de mi maestro, pero el Hakadarma me dice que está bien. Huí en una nave de emergencia, la NCC-Snowden. No te aburriré respecto al funcionamiento de los viajes interestelares que curvan el espacio tiempo. Una semana más tarde traspasé vuestra atmósfera.

La nave cayó cerca de Madrid, y fue entonces cuando encontré a KeepCoding, o KeepCoding me encontró a mí, no lo sé. Lo que sí sé es cuál es mi misión ahora: enseñar mis conocimientos y aprender del vuestro, para seguir desarrollando las tecnologías actuales y hacer de tu planeta, también un lugar mejor y más libre.

Fernando Rodríguez

iOS Developer & Co-Fundador de KeepCoding

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