¿Qué son las métricas ESG?

Contenido del Bootcamp Dirigido por: | Última modificación: 26 de septiembre de 2024 | Tiempo de Lectura: 3 minutos

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¿Has oído hablar de las métricas ESG, también conocidas como métricas environmental, social y governance? En el ámbito de la responsabilidad social corporativa (RSC), estos objetivos son realmente importantes para lograr un desarrollo sostenible, ya que expresan las medidas que se toman en una compañía para responder tanto a los problemas externos del mundo, como los ambientales y los sociales, como a los internos del negocio.

ESG

Métricas ESG: ¿Qué significan?

Este tipo de métricas también se conocen como criterios ESG u objetivos ESG y su nombre deriva de las siglas en inglés de environmental, social y governance. Estos términos hacen referencia a métricas ambientales, sociales y del gobierno corporativo, respectivamente. Es decir:

  • La E viene de environmental o medioambiente y se refiere a tener un impacto positivo en el mismo. No hablamos únicamente de paliar los efectos negativos de la empresa, sino que deben ser acciones proactivas que ayuden a reducir la contaminación o los gases de efecto invernadero, a proteger la biodiversidad, a impulsar el uso de energías renovables…
  • La S es de social y abarca las repercusiones que la empresa y sus actividades tienen en la sociedad, ya sea a nivel general o respecto a comunidades o colectivos específicos. Asimismo, la parte social pasa por garantizar que en la propia empresa se promuevan la diversidad y la igualdad de condiciones para crear un ambiente de trabajo inclusivo y con buenas prácticas relacionadas con los derechos laborales y humanos.
  • La G se refiere a governance o gobernanza, es decir, el gobierno corporativo del negocio. Aquí entran diferentes aspectos, como las políticas de transparencia, la calidad corporativa, el cumplimiento y la adecuación de los procesos de gestión…

Estas métricas son de uso limitado para los inversores, motivo por el que pueden considerarse la evolución de lo que se denomina una inversión socialmente responsable (ISR). A medida que la sociedad avanza, también lo hace la conciencia social y medioambiental. Por eso, con las nuevas generaciones se vuelve aún más importante que las compañías persigan propósitos que tengan un impacto positivo en el mundo y que vayan más allá de la maximización de beneficios económicos.

Según el artículo Sustainable investment joins the mainstream: Millennials are coming into money and want to invest it responsibly, publicado en The Economist en 2017, la generación milenial está mucho más mentalizada con los aspectos a los que hacen referencia las métricas ESG. El 75% de los encuestados confían en que sus inversiones tienen influencia en el cambio climático. Esta generación no solo está mucho más dispuesta a invertir en empresas que quieran alcanzar objetivos sociales y medioambientales, sino que también ven estas inversiones como una forma de reforzar sus valores personales.

El origen de las métricas ESG

Las métricas ESG surgieron en la década de 1980 como respuesta de varias ONG ante diversos desastres que tuvieron una relevante repercusión mediática en todo el mundo, como fue la fuga de gas tóxico en India de 1984 o el vertido de petróleo en Alaska de 1990. A raíz de estos problemas, las ONG se unieron para exigirles a las empresas cierto grado de responsabilidad. Pretendían que las corporaciones hicieran públicos los efectos sociales y medioambientales que derivaban de sus actividades. De este modo, algunos negocios comenzaron a publicar informes muy básicos de RSC.

En unos pocos años, la responsabilidad social corporativa fue calando en las empresas a nivel mundial, por lo que comenzaron a implementarse más y mejor las métricas ESG en los sistemas de gestión y la alta dirección de las compañías.

La Coalición para la Economía Medioambientalmente Responsable (CERES) fundó en 1999 la organización Global Reporting Initiative (GRI). De esta forma, se pretendía crear un estándar para estos informes de responsabilidad social y sostenibilidad, cuyas primeras primeras directrices se publicaron en el año 2000, para que dieran información relevante y útil y no solo cantidades limitadas de datos cuantitativos.Con la evolución de la RSC y de las métricas ESG, en 2019 se calcula que más del 80% de las compañías más grandes a nivel global empleaban estos estándares para realizar informes acerca de su sostenibilidad.

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