Cuando escuchas la palabra hacking, probablemente te imaginas a alguien con una sudadera oscura escribiendo líneas de código interminables en una pantalla verde, como nos han hecho pensar las películas. Pero ¿sabías que este término abarca mucho más que eso y tiene aplicaciones tanto éticas como maliciosas? Si quieres aprender más sobre este tema, en este artículo, te explicaré qué es el hacking y cuáles son los principales tipos de hackers.
¿Qué es el hacking?
El hacking es el arte de explorar sistemas, redes y dispositivos con el objetivo de encontrar vulnerabilidades, ya sea para explotarlas o para corregirlas. Aunque la palabra tiene una connotación negativa debido al uso indebido de estas habilidades y la imagen que nos ha vendido el cine, no siempre es sinónimo de actividades ilegales ni de personas maliciosas.
Como tal, el hacking puede ser una herramienta muy útil para mejorar la seguridad digital, ayudar a las empresas a protegerse contra amenazas y promover un entorno digital más seguro. La clave está en el propósito: ¿estás construyendo o destruyendo?
Si realizas estas acciones sin los permisos correspondientes y con el fin robar, manipular o alterar datos, estás incurriendo en un delito informático. Sin embargo, si aplicas estas mismas técnicas con la respectiva autorización con el propósito de fortalecer la seguridad de los sistemas y prevenir las actividades maliciosas, estás haciendo hacking ético, una actividad profesional valorada y bien pagada.
Los 3 tipos de hacking
Para entender mejor el hacking, es importante conocer los tipos principales. En el campo de la ciberseguridad, tenemos tres formas de nombrar a quienes lo practican, según cuáles son sus fines:
Hacking ético (white hat)
Este es el lado positivo del hacking. Los hackers éticos, conocidos como white hats, trabajan para proteger los sistemas de posibles ataques. Como tal, su objetivo es encontrar las vulnerabilidades antes que los delincuentes lo hagan y proponer soluciones para mitigarlas.
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👉 Prueba gratis el Bootcamp en Ciberseguridad por una semanaEn ese sentido, son los hackers éticos quienes se encargan de realizar pruebas de penetración (pentesting) para las empresas o de identificar posibles brechas de seguridad en redes gubernamentales o corporativas. Pero, para hacer esto, deben contar con los permisos correspondientes y seguir procedimientos éticos y legales rigurosos.
Hacking malicioso (black hat)
Aquí es donde entra el lado oscuro del hacking. Los hackers maliciosos, o black hats, son aquellos que explotan las vulnerabilidades de los sistemas con fines ilegales, como robar datos o dinero, difundir malware o realizar ataques de denegación de servicio (DDoS).
También se denominan black hat a los hackers que asaltan los sistemas bajo ideologías políticas o fines activistas, como la popular organización Anonymous, que ha realizado numerosos ataques cibernéticos de alto perfil contra gobiernos, corporaciones y otras instituciones.
Hacking gris (gray hat)
Los gray hats están en un terreno ambiguo porque no tienen intenciones maliciosas, pero tampoco actúan de forma completamente ética. Estos hackers suelen identificar vulnerabilidades sin permiso, y aunque podrían reportarlas a los responsables, a veces también buscan beneficios a cambio.
Por ejemplo, un gray hat podría acceder a un sistema sin autorización para demostrar un fallo y ofrecer una solución a cambio de una recompensa, así como divulgar vulnerabilidades públicamente si consideran que las empresas no las han resuelto.
¿Por qué es importante el hacking ético?
Es una realidad que vivimos en un mundo donde cada vez estamos más conectados y nuestra información sensible puede estar expuesta a personas maliciosas, por lo que el hacking ético se ha convertido en una necesidad. En ese sentido, las empresas dependen de expertos en ciberseguridad para proteger sus activos digitales, como los datos de sus clientes, sus cuentas o sus sistemas críticos.
Un hacker ético no solo detecta fallos en la seguridad, sino que ayuda a fortalecer los sistemas para prevenir ataques futuros y contribuye a crear conciencia sobre la importancia de proteger nuestra información.
Herramientas y habilidades básicas para iniciarte en el hacking ético
Si te apasiona este tema y quieres aprender hacking de manera responsable, quiero contarte cuáles son algunas herramientas y habilidades básicas con las que puedes comenzar a explorar este amplio campo:
Habilidades esenciales
Empecemos por las habilidades más importantes para el hacking:
- Programación: Saber programar es fundamental para cualquier especialista en hacking, ya que conocer lenguajes como Python, C y JavaScript es crucial para analizar sistemas y crear scripts personalizados.
- Redes: Entender cómo funcionan las redes de comunicación es clave para identificar posibles puntos débiles. Por eso, es importante que aprendas conceptos como TCP/IP, DNS y protocolos de seguridad.
- Sistemas operativos: También es importante que entiendas y te familiarices con los sistemas operativos, especialmente, con Linux, ya que es la base de muchas herramientas de hacking.
Herramientas populares
Ahora, veamos las herramientas más populares que se utilizan para identificar y corregir vulnerabilidades en los sistemas de seguridad:
- Wireshark: Es un analizador de tráfico de red, que permite capturar y visualizar los datos almacenados y los que fluyen en tiempo real. Por ejemplo, puedes usarlo para detectar si alguien está intentando interceptar datos en una red pública de Wi-Fi.
- Nmap: Esta herramienta es un mapeador de redes, con la cual puedes realizar auditorías de seguridad y descubrir brechas antes de que lo hagan los atacantes.
- Metasploit: Esta es una plataforma para desarrollar y ejecutar exploits, lo que permite simular ataques reales y comprobar la seguridad de un sistema antes de que sea atacado. Así, por ejemplo, podrías probar si una base de datos tiene un fallo de seguridad que permita acceso no autorizado.
Recuerda que estas herramientas deben usarse únicamente con fines legales y con permiso explícito del propietario del sistema.
Hacking como profesión
El hacking no tiene por qué ser sinónimo de algo negativo, ya que, de ser usado con responsabilidad, es una herramienta muy útil para construir un entorno digital más seguro. En ese sentido, el hacking ético es una de las carreras con mayor proyección en el sector de la tecnología, ya que las empresas, gobiernos e instituciones necesitan expertos que garanticen la seguridad de sus datos y sistemas.
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