Un brindis con Coca Cola: me uno al equipo instructor iOS en Big Nerd Ranch

Autor: | Última modificación: 9 de abril de 2024 | Tiempo de Lectura: 4 minutos
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Un nuevo instructor iOS en Big Nerd Ranch

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Me uno al equipo del Big Nerd Ranch

Ya es oficial, nuevo instructor iOS Big Nerd Ranch, así que os cuento el cotilleo: me uno al equipo del Big Nerd Ranch como instructor de iOS. En mi charla con Aaron Hillegass y, posteriormente, con Jason y Jami, en la sede del Big Nerd Ranch, estuvimos hablando de la posibilidad de unirme a su equipo. Al final, la cosa se ha confirmado, así que hay un nuevo nerd en el rancho. 🙂

De momento no me mudo a Atlanta ni a ningún lado (acabo de sobrevivir a una mudanza y malditas las ganas que tengo de repetirme el plato 😉 . Seguiré en España y empezaré con ellos ya ahora en mayo, con 2 cursos de iOS del Big Nerd Ranch en Colombia.

Por otro lado, seguiré con mis propios cursos de desarrollo iOS aquí en España, que se mantendrán y seguirán utilizando mi material y mi metodología propia. De hecho, los próximos serán el  curso de programación iPhone & iPad  en Barcelona los días 13, 14 y 15 de Abril y, luego, en Madrid, 27, 28 y 29 de Abril.

Haciendo memoria, la historia que me llevó al Big Nerd Ranch es bastante curiosa y empezó en Orlando con un viaje en busca de la Verdad y la Iluminación…

Desde Santurce a Orlando, voy por todo el Seaside

Hace algunos años (allá por el 2006, si no me equivoco) estaba yo algo quemado con lo que hacía (desarrollo nativo win32) y andaba buscando opciones para que el programar volviese a ser divertido. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces me solía pasar el día frente a Borland C++ Builder, VB6 o Delphi. Este último hay que reconocer que no estaba mal, pero nunca hubo química entre Pascal y yo.

Lo que parecía estar de moda por aquel entonces eran las aplicaciones web, pero la falta de estado del protocolo http imponía un «regreso al pasado» y una vuelta de facto a las penurias de desarrollar para el IBM 3270.  Todo parecía que si seguía por ese camino, pasaría de la sartén al horno.

De casualidad (ya lo contaré otro día) descubrí Seaside, una framework para desarrollo web implementada en Smalltalk. Vi la luz. Usando continuaciones, Seaside oculta por completo las limitaciones de http y hace que el desarrollo web sea tan sencillo como el de una aplicación de escritorio. Es una de esas cosas que te hace ver que hay verdaderos genios por ahí sueltos. No me lo pensé dos veces, y me fui a la conferencia Smalltalk Solutions en Orlando donde habría un track de Seaside. Volví convertido a la Fé Verdadera.

Sin embargo, en mi torre de marfil había un pequeño problema: no había empresas de hosting especializadas en Seaside, lo cual implicaba que para lanzar un producto, tendría que alquilar yo un servidor (SliceHost era lo que se llevaba) y administrarlo. Eso no iba a ocurrir. Si tenía que convertirme en bedel de un servidor, prefería volver a las mazmorras de C++.

Un friki descarriado se va a Praga en busca de la iluminación…y vuelve con un Mac y un Moser

Entonces me acordé de Python. Ya hacía muchos años que usaba el lenguaje, sobre todo en cosas de scripting y haciendo memoria, con él había creado el software del que estaba más orgulloso. Encima, se empezaba a hablar de un framework web llamado Django que tenía muy buena pinta: «the framework for perfectionists with deadlines». Imposible no probarlo.

Así que me fui de nuevo en peregrinaje, de esta vez a Praga al Euro Django Con. Me llevé a la parienta que tenía un interés muy distinto en Bohemia: los cristales.

copas

La conferencia en sí fue muy interesante, aunque me llevé una gran sorpresa que poco o nada tenía que ver con Python o Django:  me había convertido en un dinosaurio. Era el único que usaba un PC; todos, repito, todos los demás frikis usaban macs (¿no era eso cosa de hippies, diseñadores, marihuaneros y vegetarianos?). Por si fuera poco, yo fui el único que jamás logró conectarse a la wifi del hotel.

Me picó la curiosidad y decidí que a la vuelta me compraría un mac, pero antes había que hacer otras compras. Había que gastarse hasta el último céntimo en cristales. Los mejores cristales de Bohemia son los de Moser, y para los grillados de la cristalería, Moser suena como Koenigsegg para los tarados de los coches. Así que nos fuimos a Karlovy Vary donde está la fábrica a ver si pillábamos algo con buen precio (son más caros que un hijo indignado).

Curiosamente, la consecuencia de aquella conferencia de Django fué por un lado que me olvidé de Django y Python e inicié mi camino hacia el rancho al pasarme a Objective C y Cocoa con mi flamante mac, y por otro que , tras mucho revolver en la tienda de la fábrica, dimos con una cristalería Moser fantástica que estaba a buen precio.

Un brindis con Moser y Coca Cola por el Big Nerd Ranch

cocacola

Al empezar una nueva etapa profesional,  toca hacer un brindis con aquel Moser, consecuencia de mi peregrinación a Praga, por esta otra consecuencia indirecta de aquel mismo viaje. El brindis lo haré con Coca Cola, en honor a Atlanta. Lástima que el Big Nerd Ranch no esté en la región de Champagne, pero nadie es perfecto. 😉